lunes, 22 de noviembre de 2010

LA ENVIDIA



Podría definirse como la reacción de dolor y enojo que intenta destruir lo que el otro tiene cuando percibimos que ese es otro ha alcanzado algo que deseamos y que no hemos logrado (Norberto Levy)
La envidia ha venido siendo considerada un pecado capital. No dada su grandeza sino porque genera otros pecados, otros “vicios”. Según avanza el tiempo y van desarrollándose estudios, nos encontramos con Melanie Klein, psicoanalista austriaca, quien afirmó que es una expresión de los “impulsos destructivos” o “fuerzas tanáticas” que todo ser humano alberga dentro de sí.
- ¿En qué condiciones se genera la envidia?La envidia se trata de una emoción universal que todo ser humano puede sentir según se den ciertas condiciones.
Estas condiciones serían:
1.       Cuando experimento cierta necesidad o deseo y percibo a alguien que ha realizado alguno de esos deseos.
2.       Cuando además creo que no dispongo ni dispondré de los recursos necesarios para lograr realizarlos.
3.       Cuando tampoco cuento con una cuota suficiente de deseos satisfechos y disfrutados para equilibrar el dolor que me producen los no realizados.

La envidia deja al descubierto una necesidad o deseo, cosa que ofrece la posibilidad de percibir una carencia por algo insatisfecho. Ante esto, la persona se queda atenuada  frente al logro del otro ya que en ese instante la identidad de uno queda marcada por la percepción intensa de una carencia. Y es esta manera de autopercibirse lo que hace tan dolorosa la envidia.
Otro aspecto que posee este sentimiento es que no es fácil separarla de los celos, incluso algunos autores los consideran sinónimos. Aunque la diferencia podemos determinarla en que la envidia se da cuando se desea lo que no se tiene, y los celos se dan cuando se percibe una amenaza ante la posible pérdida de algo que se tiene o se cree tener.

Podemos diferenciar dos tipos de envidia:
La envidia sana consiste en reconocer que el otro ha alcanzado algo que yo deseo y no he logrado. Esto desencadena en una doble reacción que implica; alegría y admiración hacia quien lo ha alcanzado y dolor y tristeza al reconocer que yo no he podido alcanzarlo.
La envidia destructiva, como su propio nombre india, tratará de destruir al otro y/o sus logros. No es consciente de ella misma y los ataques que se desencadenan para la destrucción, se tratan de justificar apelando otros argumentos que los justifiquen.

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